Por el triunfo de Paraguay ante Bolivia por 3-1, la noche de Copa América no pudo terminar con un guiño del destino para Argentina. Los dirigidos por Eduardo Berizzo quedaron como líderes del grupo A en un partido cuyo trámite de juego tardó mucho en quedar reflejado en el marcador.
Los paraguayos dominaron desde el minuto cero, pero sufrieron hasta los 16’ del segundo tiempo. Sucede que Bolivia marcó de penal antes de los 10 minutos. Entonces se dedicó a defender la mínima diferencia ante un rival que no perdió el orden y jugó mucho más prolijo que los bolivianos. Las acciones de Paraguay siempre causaban peligro en el área chica de Bolivia; pese a que la frustración podría haber sido peligrosamente incontrolable, Paraguay siguió teniendo el dominio. La falta de un hombre en Bolivia debido a la expulsión de Jaime Cuellar a poco del final del primer tiempo se hizo insostenible. Con la conquista de Alejandro Romero Gamarra, nada cambió en el juego, pero si con el empate: modificó el marcador poniendo algo de justicia. El que se encargó de ajusticiar todo el trámite del juego con sus dos conquistas fue el jugador de San Lorenzo, Ángel Romero.